Leo vive en pleno
torbellino de la adolescencia. Un universo en clave en el que irrumpe un
nuevo profesor, un verdadero soñador, que pone a prueba a sus alumnos y
les obliga a plantearse preguntas acerca de la vida y de sus propios
sueños. Preguntas que a Leo le cuesta responder, pero que le acercan
poco a poco al incomprensible y lejano mundo de los adultos.
Además, Leo tiene un enemigo al que
teme: el color blanco. Porque para Leo todas las emociones tiene un
color, y el blanco es la ausencia, la soledad y la pérdida. El azul es
el color de la amistad, y es el color de los ojos de Silvia, su mejor
amiga, leal y serena, y su apoyo constante. El rojo, en cambio, es el
color del amor, de la pasión, de la sangre; rojo es el color de los
cabellos de Beatrice. Porque Leo ahora ya tiene un sueño, y se llama
Beatrice, aunque ella todavía no lo sabe.Cuando Leo descubre que Beatrice está enferma y que su enfermedad está relacionada con ese blanco que tanto le asusta, deberá buscar dentro de sí mismo, sangrar y renacer para entender que los sueños no tienen fin y que siempre hay que encontrar el coraje para creer en algo más grande.
Siempre me he preguntado por qué el amor y la sangre son del mismo color. Ahora ya lo sé.
No hay comentarios:
Publicar un comentario